Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación de la Comunidad Valenciana

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Foto: ©Milena Villalba

Telecomunicaciones a prueba de DANA: lecciones aprendidas y propuestas desde el COITCV

Introducción

La DANA que afectó a la provincia de Valencia en octubre de 2024 representó un desafío sin precedentes para las infraestructuras de telecomunicaciones. En cuestión de horas, las redes que sostienen la comunicación ciudadana, empresarial y administrativa sufrieron interrupciones masivas que pusieron a prueba su resiliencia.

El Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación de la Comunidad Valenciana (COITCV), en el marco de su función de servicio público y asesoramiento técnico, ha analizado de forma sistemática la afectación de las infraestructuras, la respuesta operativa de los distintos actores y las oportunidades de mejora que permitan construir telecomunicaciones más robustas, seguras y sostenibles ante emergencias futuras.

Este artículo resume los principales hallazgos y propuestas surgidos de dicho trabajo, incorporando tanto el análisis técnico del COITCV como las aportaciones recabadas en la sesión “Telecomunicaciones a prueba de DANA” celebrada en marzo de 2025 con profesionales del sector.

Afectación general y magnitud del impacto

Según los datos del Ministerio de Transformación Digital publicados el 17 de noviembre de 2024, la DANA dejó 220.000 líneas fijas y 300.000 móviles inicialmente fuera de servicio. Una semana después, la recuperación alcanzaba el 91% en telefonía fija y el 68% en móvil, pero aún con servicios provisionales y sin redundancia plena. Quince días más tarde, las cifras de recuperación superaban el 98%, aunque persistían vulnerabilidades estructurales.

Las empresas y administraciones públicas sufrieron además pérdidas en sus centros de datos, servidores y equipos electrónicos por inundaciones y cortes eléctricos. El impacto fue especialmente severo en polígonos industriales y sedes administrativas situadas en zonas inundables.

En cuanto a los servicios públicos críticos —112, red COMDES, hospitales, centros de salud y colegios—, la pérdida de conectividad dificultó la coordinación en los primeros días, requiriendo el despliegue de unidades móviles, enlaces satelitales y grupos electrógenos.

Vulnerabilidades detectadas

El análisis del COITCV ha identificado varios puntos críticos que condicionaron la capacidad de respuesta:

a) Rotura de cables y daños físicos en red

Las lluvias torrenciales y deslizamientos provocaron roturas en cableados subterráneos y derribos de postes y antenas, afectando tanto la red de acceso como la de transporte. La compartición de infraestructura entre operadores multiplicó el impacto de un mismo fallo en varios servicios.

b) Inundaciones en centrales y CPDs

Numerosas centrales y centros de datos se encontraban en plantas bajas o sótanos, lo que facilitó su anegación y la pérdida de equipamiento. Se constató la necesidad de elevar las infraestructuras críticas y reforzar su estanqueidad.

c) Dependencia de la energía eléctrica

La autonomía media de las estaciones base (BTS) no superó las 4 horas, lo que llevó al colapso progresivo del servicio móvil. Las tecnologías pasivas demostraron mayor resiliencia que otras basadas en nodos activos, al requerir menos puntos alimentados.

d) Falta de coordinación y protocolos claros

Durante los primeros días reinó un alto grado de improvisación, derivado de la ausencia de protocolos interinstitucionales y de un sistema de información unificado. Las dificultades de acceso a las zonas afectadas y la falta de salvoconductos retrasaron la reparación de infraestructuras esenciales.

e) Limitaciones en la recopilación de datos

Los sistemas de seguimiento ministeriales estaban diseñados para incidencias individuales, no para emergencias masivas. La información carecía de granularidad y no diferenciaba entre afectaciones a ciudadanos, empresas o servicios críticos.

Lecciones aprendidas

El trabajo colegial ha permitido extraer conclusiones valiosas que orientan la mejora de la resiliencia del sistema:

1. La energía es el eslabón más débil de la cadena.
Es imprescindible dotar a las estaciones base de sistemas de respaldo más robustos y coordinar su restauración con las compañías eléctricas.

2. Los protocolos deben existir antes de la emergencia.
La falta de procedimientos claros de acceso y coordinación ralentizó la recuperación. Se recomienda la implantación de planes de contingencia y simulacros regulares entre operadores, administraciones y cuerpos de seguridad.

3. El satélite es una herramienta crítica, pero debe planificarse.
Aunque soluciones comercialmente disponibles en la actualidad demostraron su utilidad, su despliegue se produjo con retraso por falta de previsión. Los kits de emergencia deben incluir terminales satelitales y fuentes de energía autónomas, listos para su uso en menos de 24 horas.

4. La infraestructura física debe adaptarse al nuevo contexto climático.
La instalación de equipos críticos en zonas inundables o en canalizaciones vulnerables debe evitarse. Deben revisarse las normativas y promoverse canalizaciones reforzadas y redundancias físicas.

5. Los datos de los ayuntamientos deben estar siempre disponibles.
La pérdida de servidores locales dejó a muchos consistorios sin acceso a la información ciudadana. El almacenamiento híbrido (local + nube) y el backup obligatorio son condiciones imprescindibles para garantizar la continuidad operativa.

Propuestas técnicas para unas telecomunicaciones resilientes

Sistema de información en tiempo real para emergencias

El COITCV propone el desarrollo de un sistema de monitorización integral que centralice la información sobre el estado de las telecomunicaciones durante una emergencia.

Este “dashboard” permitiría visualizar en tiempo real:

● Mejorar la granularidad de los datos reportados por operadores al Ministerio.

● Incluir métricas diferenciadas por ciudadanos, empresas y administraciones.

El sistema debe integrar sensores IoT y análisis con inteligencia artificial, proporcionando métricas diferenciadas para ciudadanos, empresas y administraciones públicas.

Coordinación energía–telecomunicaciones

La dependencia mutua entre energía y comunicaciones exige un protocolo conjunto. Se recomienda:

● Crear equipos mixtos de emergencia (eléctricas + operadoras).

● Priorizar el restablecimiento de estaciones base y CPDs críticos.

● Incorporar grupos electrógenos portátiles, UPS y paneles solares en la reserva logística.

● Establecer canales de comunicación directa entre los centros de control energético y los de red.

Protocolos normalizados y simulacros

Debe establecerse un Plan de Continuidad de las Telecomunicaciones (PCT) complementado con un Plan de Recuperación ante Desastres (PRD). Ambos deben estar aprobados y probados mediante simulacros periódicos, garantizando que cada actor conozca su rol operativo.

El COITCV propone que estos planes incluyan:

Accesos prioritarios y salvoconductos para técnicos acreditados.

Procedimientos de comunicación interinstitucional (GVA, Cuerpos de Emergencia, operadores).

Escenarios multitecnología (fibra, móvil, radio, satélite) para asegurar redundancia real.

Despliegue rápido de soluciones satelitales

El uso de tecnologías satelitales de órbita baja y geoestacionaria debe formar parte del protocolo de primera respuesta.

Ventajas técnicas:

● Activación inmediata sin dependencia de infraestructuras terrestres.

● Cobertura completa, incluidas zonas rurales aisladas.

● Ancho de banda suficiente (hasta 250 Mbps) para comunicaciones críticas, videollamadas o telemedicina.

● Latencias inferiores a 50 ms, adecuadas para voz y datos.

Se recomienda crear un parque de terminales satelitales preconfigurados, con suministro energético autónomo.

Rediseño de infraestructura y redundancia

El COITCV plantea medidas específicas en todos los niveles:

Acceso: empleo de tecnologías pasivas frente a activas en las conexiones de fibra óptica, minimizando puntos vulnerables.

Transporte: diseño de anillos de fibra óptica y rutas físicas diversas.

Core y agregación: duplicación de nodos y equipos críticos, con alimentación dual.

Energía: fuentes independientes y baterías de alta capacidad.

Ubicación: traslado de armarios, CPDs y racks a plantas elevadas fuera de zonas inundables. Evitar la instalación de equipos críticos en zonas inundables. Promover el soterramiento de cables en zonas de alto riesgo. Reforzar las canalizaciones compartidas entre operadores.

Además, se deben limpiar y proteger canalizaciones para evitar solidificación de lodos que inutilicen conductos tras episodios de lluvia intensa.

Backup y continuidad de datos en la administración local

El sector público local fue uno de los más afectados. La pérdida de servidores municipales dejó sin acceso a censos, padrones y documentación esencial.

Se propone:

● Establecer por normativa un backup obligatorio en la nube para todas las entidades locales.

● Crear sistemas híbridos de almacenamiento local + nube para garantizar redundancia..

● Definir un protocolo para acceder a los datos de manera rápida en caso de emergencia.

Hacia una infraestructura “a prueba de DANA”

El futuro pasa por asumir que fenómenos meteorológicos extremos serán más frecuentes. Las telecomunicaciones deben diseñarse con criterios de resiliencia climática:

1. Mapas de inundabilidad como herramienta de planificación.
La ubicación de nodos y tendidos debe evitar zonas de riesgo, especialmente en redes de agregación y transporte.

2. Redes híbridas y complementarias.
La coexistencia de fibra, radioenlaces, satélite e IoT proporciona redundancia tecnológica y flexibilidad ante desastres.

3. Normativas adaptadas a eventos extremos.
Se requiere revisar la legislación técnica sobre infraestructuras compartidas, exigencias de estanqueidad y protocolos de emergencia.

4. Oficina técnica de coordinación.
En la fase de reconstrucción, debe existir un órgano colegiado técnico que garantice que las soluciones temporales se transformen en permanentes y no queden “en precario”.

Objetivo específico en telecomunicaciones e iniciativas del Plan de recuperación y reconstrucción de la CV (PlanEndavant)

El PlanEndavant incluye un Objetivo específico y varias Iniciativas centradas en las telecomunicaciones.

Objetivo específico E.9. Garantizar el acceso a las redes de telecomunicaciones, de operadores privados y de la red pública de emergencias, en situaciones de emergencia, aumentando la resiliencia de estas y la respuesta ante emergencias.

Iniciativas por ejecutar:

– E.9.1. Desplegar conectividad satelital de datos en ubicaciones e infraestructuras críticas para situaciones de emergencia.

– E.9.2. Disponer de generadores de emergencia y sistemas de alimentación de backup en las torres de comunicación de operadores privados más críticas que se activen en caso de emergencia.

– E.9.3. Estudiar la posible relocalización de las líneas de fibra óptica para que no sufran daños en caso de inundación, evitando puentes y carreteras.

– E.9.4. Mejorar la redundancia de la red de telecomunicaciones de operadores privados para poder mantener la cobertura en las poblaciones pese a perder el suministro por un punto de abastecimiento de los municipios.

– E.9.5. Cambiar la ubicación de las torres de comunicación de operadores privados afectadas a zonas no inundables, como techos de edificios, limitando la exposición al riesgo de las infraestructuras y sistemas

– E.9.6. Mejorar la red de telecomunicaciones en emergencias, actualmente la red COMDES

Conclusión

La DANA de octubre de 2024 evidenció que las telecomunicaciones no son solo un servicio, sino una infraestructura crítica de cohesión social y económica. Su vulnerabilidad repercute directamente en la capacidad de respuesta ante emergencias y en la recuperación del territorio.

El análisis realizado por el COITCV demuestra que es posible aprender de la crisis: fortalecer la resiliencia técnica, integrar energía y comunicaciones, aprovechar mejor la conectividad satelital y profesionalizar los protocolos de actuación.

Solo mediante anticipación, planificación y coordinación se logrará un sistema de telecomunicaciones verdaderamente “a prueba de DANA”, capaz de resistir y sostener la comunicación cuando más necesaria resulta.

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